Panem et circenses

Francisco Baeza [@paco_baeza_]. 18 de abril de 2017.

Panem et circenses, Pan y circo. —El pueblo ha perdido interés en la política —escribió Juvenal, poeta romano del siglo I a. C. —Los ciudadanos sólo desean dos cosas: ¡pan y juegos de circo! Nerón, sabedor de la apatía de sus súbditos, organizó los espectáculos más grandiosos. Según Suetonio, mientras los romanos se entretenían con banalidades el emperador se entregaba a sus corruptelas; por la noche, disfrazado de liberto, gozaba de “atacar a los transeúntes y lanzarlos a las cloacas y de saquear y destrozar las tiendas”…

El sábado, autoridades mexicanas y guatemeltecas arrestaron a Javier Duarte, uno de los bad-hombres que reclamaba el anaranjado, luego de seis meses prófugo —un tiempo minúsculo comparado con los años que estuvo fugado Tomás Yarrington, otro bad-hombredisfrutando de escolta gubernamental y del cuidado de sus amigos de la Ndrangheta—. La detención del exgobernador de Veracruz se enmarca en el esfuerzo del Ejecutivo peñista por recuperar el control de la sucesión presidencial. La persecución a gobernadores y exgobernadores, la cancelación de la sana distancia entre el gobierno y el partido, el regreso del delfín al gabinete presidencial y el consecuente rompimiento con el salinismo sirven a un único propósito, el de recordarnos que, a pesar del deterioro de la investidura presidencial y de sus índices de aprobación raquíticos, “el que manda es el presidente y nadie más”.

El circo que ha montado Enrique Peña Nieto, no obstante, no entretiene a un público más interesado y mejor informado que aquel romano. El arresto del criminal [sic, por la presunción de inocencia], ocurrido en medio de un proceso electoral que llevará al límite la amistad entre el PRI y el PAN en el Estado de México, bastión del tricolor, serviría para reafirmar el compromiso del Ejecutivo peñista con el combate contra la corrupción y para distraer la atención mediática de las otras tragedias del sexenio —incluida la que protagoniza Yarrington, de alcances insospechados—, pero, al mismo tiempo, devolverá a las primeras planas la complicidad entre Peña Nieto y Duarte, el financiamiento ilegal de la campaña presidencial del primero por el segundo, la protección del primero al segundo. En lo electoral, el escándalo podría salpicar a Margarita Zavala, por la vía conyugal, debido a que su esposo hizo caso omiso al desfalco veracruzano, entre 2010 y 2012 y mojar a Andrés Manuel López Obrador, debido a los supuestos acuerdos que habrían ayudado a su partido convertirse en la segunda fuerza política en Veracruz, en 2016…

Probablemente, a los romanos no les divirtieran tanto los juegos de circo, los cuales terminaban siempre con una exhibición de la “divina voz” de Nerón, como los ad bestias.

En un acto ejemplarizante, pero inútil, el sistema ha arrojado a uno de los suyos a los leones. El sacrificado, el chivo expiatorio de los pecados de una clase política corrupta y excesiva le devuelve una sonrisa estúpida.